Filtros

Los filtros potencian las observaciones: quienes los usan ven más que el resto. Aquí descubrirá para qué sirven y cómo funcionan.

La luz visible abarca un espectro que va desde los 380 hasta los 780 nanómetros, desde la corta longitud de onda del azul y el violeta, hasta la más larga del rojo. Al observar los objetos celestes a través de un telescopio, los filtros para nebulosas potencian el contraste y permiten distinguir detalles que, de lo contrario, serían indetectables. Por su parte, los filtros lunares atenúan la fuerte luz de nuestro satélite. Pero ¿en qué se diferencian?

Los filtros deben utilizarse en función de los objetos que deseemos observar. Estos son los filtros disponibles:

• Filtros lunares: atenúan la luz de la Luna
• Filtros de colores: resaltan detalles sobre la superficie de los planetas
• Filtros para nebulosas: destacan detalles en los objetos de cielo profundo

Los filtros neutros, grises o lunares sirven para atenuar la luz de la Luna y aumentar el contraste. Si alguna vez ha visitado un observatorio y mirado a través de un telescopio grande sin filtro, seguramente se pregunte por qué es tan importante. Observar la Luna sin un filtro tiene lo suyo, porque es tan luminosa que deslumbra a propósito a quien la mira. De hecho, al apartar la vista del telescopio y mirar hacia la oscuridad la Luna se aparece en una visión fantasmagórica

que se va desvaneciendo poco a poco; pese a todo, resulta bastante molesta. Estos filtros están disponibles en diferentes gradaciones, con transmisiones lumínicas que van desde un 8 hasta un 50 %. Los filtros de alta transmisión son aptos para telescopios más pequeños y los de baja transmisión para telescopios más grandes.

Los filtros polarizadores variables son una variante de lujo de los filtros lunares convencionales. Están compuestos no solo por uno, sino por dos filtros unidos entre sí que, al girarlos, ajustan el grado de atenuación de forma individual y progresiva. La mayoría de los filtros polarizadores ofrecen una transmisión lumínica de entre un 1 y un 40 %. Estos filtros permiten encontrar el equilibrio óptimo entre luminosidad y contraste en función del tamaño de su telescopio y de su propia sensibilidad.

Estos filtros son más difíciles de fabricar, ya que constan de varias capas dieléctricas aplicadas por evaporación sobre un vidrio plano de alta calidad óptica. Solo dejan pasar una parte del espectro de la luz visible. Absorben las regiones espectrales improductivas para dejar pasar únicamente aquellas en las que brillan los objetos que queremos ver.

Todos los filtros para nebulosas bloquean las regiones espectrales en las que brillan las farolas de la calle, que van desde los 530 hasta aproximadamente los 630 nm. Si analizamos la curva de transmisión de un filtro dado, veremos que al entrar en estas regiones la curva cae hacia abajo y no vuelve a levantar hasta pasados los 630 nm. Esto supone una gran ventaja sobre el efecto del filtro, ya que al bloquear la luz artificial se incrementa el contraste de los objetos que observamos.

Acoplar un filtro a un telescopio es muy fácil. Existen filtros de 1,25 y de 2", que se corresponden con las medidas de los oculares. Lo único que hay que hacer es enroscar el filtro en la rosca del casquillo del ocular y colocar el ocular junto con el filtro en el enfocador del telescopio.

Este accesorio astronómico es de lo más versátil; en este artículo solo abordamos una pequeña parte de su utilidad para que pueda empezar a disfrutar de su hobby. Encontrará más información en nuestra revista y en el blog de Astroshop. En nuestro glosario encontrará la definición de los diversos términos y tecnicismos.

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