Los GPS del cielo nocturno
Al principio, orientarse en el cielo no es nada fácil. Pero estos patrones le ayudarán a encontrar su camino por la jungla estrellada.
Cómo incluso los principiantes pueden orientarse en el cielo nocturno
Al astrónomo poco versado no le resulta nada sencillo orientarse entre los astros. En un lugar de observación oscuro hay tantas estrellas, que a veces cuesta hasta identificar las constelaciones. En cambio, en un lugar iluminado cercano a un núcleo urbano se ven muchas menos estrellas. El éxito reside en concentrarse en lo esencial y utilizar los "GPS" celestes.
El punto de inicio en primavera es la Osa Mayor, la famosa constelación que prácticamente cualquiera puede encontrar. Durante la primavera se sitúa en dirección norte, prácticamente en el cénit. Si extendemos el arco que dibuja el eje del carro hacia el horizonte, a aproximadamente una distancia equivalente al doble de su longitud encontraremos la estrella más brillante de esta región celeste: la rojiza Arturo en la constelación de Boyero. Si seguimos la curvatura del arco, a más o menos la misma distancia nos topamos con Espiga, otra estrella brillante, esta vez en la constelación de Virgo. Estos astros representan dos de los vértices del denominado Triángulo de Primavera, que se completa con Régulo, en Leo. La encontraremos prolongando la línea imaginaria de las 2 estrellas delanteras del carro de la Osa Mayor en dirección al horizonte.
Triángulo y cuadrado
Durante el verano, la brillante Vega es el punto de partida ideal de esta excursión astronómica. Al final de la tarde queda situada prácticamente en el cénit. Conforma el Triángulo Estival junto con Deneb, la estrella algo más tenue de la cola del Cisne, y Atair, en el Águila. Si seguimos la dirección de vuelo del Cisne a lo largo de la Vía Láctea, muy al sur llegamos hasta Antares, la brillante estrella rojiza en Escorpio.
El cénit del cielo otoñal está ocupado por la constelación de Casiopea, con su característica forma de W. Esta estación nos tiene preparado un gran patrón para facilitar la orientación: se trata del Cuadrado de Otoño, formado por las estrellas de la constelación de Pegaso. Partiendo desde allí, una llamativa cadena de 3 estrellas con prácticamente el mismo brillo nos conduce hasta Mirfak, la estrella más brillante de Perseo. En ese punto, la constelación se divide en dos aristas. Si tomamos la que está más al este, pronto llegamos al cúmulo estelar abierto de las Pléyades.
Hexágono invernal
Durante el invierno destaca la constelación de Orión, un gran rectángulo dividido por el centro por una línea de tres estrellas que representa su famoso cinturón. Si seguimos la línea del cinturón, llegamos hasta la estrella más brillante del cielo, Sirio, que constituye el vértice inferior izquierdo del Hexágono. Este se completa con Procyon en el Can Menor, Pólux en Géminis, Capella en Auriga, Aldebarán en Tauro y Rigel en Orión.
Autor: Lambert Spix / Licencia: Oculum-Verlag GmbH