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Práctica

Observar más allá de la contaminación lumínica

La Luna y los planetas destacan incluso aunque el cielo esté iluminado. Pero para ver objetos del cielo profundo es mejor desplazarse hasta el campo.

Foto: Martin Podzorny / shutterstock Foto: Martin Podzorny / shutterstock

El lugar adecuado para observar el cielo

La Luna y los planetas se pueden observar sin problema desde la ciudad, pero los objetos del cielo profundo, los cúmulos estelares tenues, las galaxias y las nebulosas gaseosas requieren irremediablemente un cielo oscuro. Durante los últimos años ha crecido el número de farolas, proyectores e iluminación en fachadas, lo que ha contribuido a que en muchos países se reduzca el número de lugares adecuados para practicar la astronomía.

Pese a las dramáticas consecuencias que esto tiene a nivel ecológico para muchas especies nocturnas y para la reducción de los gases de efecto invernadero y del consumo general de energía, la mayoría de los políticos no muestran mayor compromiso en lo que a gestión de la contaminación lumínica respecta. Esto obliga a los aficionados a la astronomía a buscar sus propias soluciones para encontrar lugares de observación aceptables. Las zonas aisladas y los montes altos son un ejemplo. Durante el otoño, pese a la niebla que se concentra cerca del suelo, aún es posible disfrutar de buenas noches astronómicas. Cuando las condiciones acompañan, podrá ver a través de su telescopio objetos que hasta entonces había creído inalcanzables. En otras palabras, los desplazamientos y excursiones sin duda merecen la pena.

Para observar objetos del cielo profundo hay que ir como mínimo a una "zona verde". Sin embargo, para observar la Luna y los planetas la contaminación lumínica resulta irrelevante.

En este enlace encontrará un mapa de mejor resolución:

http://www.astrode.de/lightpol.jpg

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