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Práctica

El rey de todos los cráteres lunares

Para muchos astrónomos Copernicus es el cráter más bonito de la Luna, y un vistazo rápido a través del telescopio da buena cuenta de ello.

Para muchos astrónomos Copernicus es el cráter más bonito de la Luna. Para muchos astrónomos Copernicus es el cráter más bonito de la Luna.

Los cráteres con un diámetro de entre 20 y 100 km se denominan montañas anulares. Presentan una muralla homogénea y bien definida. En su interior, las laderas suelen estar escalonadas en terrazas y la base estar coronada por una montaña central de mayor o menor tamaño. Uno de los ejemplos más bellos de este tipo de cráteres es Copernicus. Una visita con el telescopio basta para comprobarlo

A la salida del Sol

Poco después del primer cuarto, unos nueve días después de la Luna nueva, el Sol empieza a salir por encima de esta montaña anular de 93 km de longitud y 3800 m de profundidad. Ya entonces el espectáculo es digno de ver, ya que las laderas de la pared oriental dibujan un semicírculo brillante desde el todavía oscuro interior del cráter. A medida que el Sol va subiendo, las terrazas de la ladera se van iluminando una a una. Al final, las cimas de la cordillera central, dividida en dos mitades, surgen como puntos brillantes de luz sobre el fondo del cráter, aún oscuro. Cuando las condiciones acompañan, merece la pena invertir varias horas para observar el espectáculo en su totalidad.

Cuando el Sol está alto y el cráter ampliamente iluminado, cobra protagonismo el contorno de Copernicus, que realmente es más octogonal que redondo. Si se mira con atención, se puede observar que la base del cráter parece dividida en dos partes. La mitad meridional está cubierta por un gran número de pequeñas colinas, mientras que el norte es mucho más plano.

Halo luminoso

Copernicus está cerca del ecuador lunar. El momento óptimo para observarlo es entre el primer cuarto hasta poco antes de la Luna llena. Copernicus está cerca del ecuador lunar. El momento óptimo para observarlo es entre el primer cuarto hasta poco antes de la Luna llena.

El sistema de marcas radiales de Copernicus puede verse al completo con el Sol alto y cerca de la Luna llena. Con 800 millones de años, Copernicus es un cráter joven y la roca expelida durante el impacto es aún muy brillante. Con el paso del tiempo, este material irá "madurando" y tornándose más oscuro, hasta que deje de distinguirse del entorno.

El sistema de marcas radiales se ve mejor a un factor de aumento bajo, que permita visualizar todo el disco lunar en el ocular. Cada marca se extiende a lo largo de 700 km y, en el oeste, se solapan con las marcas radiales de Kepler, otro cráter de menor tamaño.

Al detalle

Cuando las condiciones de observación son buenas, siempre merece la pena subir los aumentos para explorar las inmediaciones de Copernicus, donde se pueden apreciar numerosos impactos de distinto tamaño agrupados en línea, círculo o cúmulos. Estos pequeños cráteres, también denominados cráteres secundarios, son el resultado de los fragmentos de roca que saltaron durante el impacto que dio lugar a Copernicus. Cabe destacar una cadena de cráteres solapados ubicada directamente al noreste.

Visibilidad óptima 9 o 22 días tras la Luna nueva

Autor: Lambert Spix / Licencia: Oculum-Verlag GmbH