Lo más destacado del Océano de las Tormentas

Once días después de la Luna nueva, en el borde occidental de la esfera podemos disfrutar de dos observaciones extraordinarias.

En pleno Oceanus Procellarum (Océano de las Tormentas) hay una especie de meseta, como si de una isla se tratase. Y sobre ella, en el terminador se dan dos de las observaciones más extraordinarias que nos brinda la Luna, y que se ven mejor el undécimo día después de la Luna nueva: la montaña anular Aristarco, de 46 km, y el adyacente Vallis Schröteri (Valle de Schröter).

A través del telescopio, Aristarco se ve nítidamente delineado y como estampado en el suelo lunar. Las paredes interiores son especialmente interesantes, ya que están surcadas por un patrón de franjas oscuras y zonas claras. Si las condiciones son buenas y se dispone de equipo con altos aumentos, esta es una observación más que recomendable. El excelente estado de conservación del cráter apunta a que aún es joven, con una edad que se estima en solo 200 millones de años según los datos actuales.

El carácter de Aristarco se cimenta en dos particularidades. El material del interior de su cráter es la roca más brillante de la cara visible de la Luna y representa la región con el mayor número de "fenómenos lunares transitorios" observados. Se trata de brillos, oscurecimientos o cambios de color breves y poco frecuentes que se observan en determinadas regiones de la superficie lunar y para los que aún no existe una explicación inequívoca. Aristarco tiene un sistema de brillantes marcas radiales que se extienden principalmente en dirección sureste hasta 150 km. Debido a la desigual distribución del material eyectado, cabe suponer que el impactador golpeó la superficie lunar con un ángulo más bien pequeño. La cordillera central, que está ligeramente desplazada del centro, también apoya esta tesis.

Con 185 km de longitud, el Valle de Schröter es el más largo de los llamados valles serpenteantes de la Luna. Estas formaciones recuerdan a los cauces de los ríos terrestres. De hecho, la lava fluyó por estos canales subterráneos, cuyo techo se derrumbó posteriormente. El nacimiento del flujo de lava que creó el Vallis Schröteri está al noreste del cráter Herodoto, de 35 km. Aquí hay una depresión seguida de una protuberancia en el grieta, que se conoce como Cabeza de Cobra. La pequeña apertura del valle en forma de cráter probablemente se formó con una erupción volcánica rica en gases. El Vallis Schröteri da un giro de 180° hacia el suroeste y termina en el borde de la meseta de Aristarco, en un declive de 1000 m de altura. La grieta, que llega a alcanzar los 10 km de ancho, solo tiene unos 500 m en este punto.

Visibilidad óptima 11 o 24 días tras la Luna nueva

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