Messier 1: la famosa nebulosa del Cangrejo
Los conocidos restos de la supernova descubierta por astrónomos chinos en julio de 1054 en la constelación de Tauro son un peso pesado entre los objetos del cielo profundo.
Esta nebulosa a unos 6300 años luz de nosotros es el primer objeto del catálogo de Charles Messier. Son los restos más famosos y brillantes de la explosión de una supernova, y el único de los 110 objetos del catálogo de este tipo.
Observaciones en China
Según astrónomos chinos, el 4 de julio de 1054 apareció una estrella nueva en la constelación de Tauro, que supuestamente se pudo observar a simple vista en el cielo nocturno durante dos años. Sin saberlo, fueron testigos del explosivo final de una estrella de gran masa. En su pico máximo de brillo, esta denominada supernova fue visible incluso en el cielo diurno durante un mes. Hoy se supone que la nebulosa se formó a partir de esta supernova. Aunque la nebulosa fue descubierta por John Bevis en 1731, Charles Messier la registró por su parte como el primer objeto de su catálogo de nebulosas.
Durante los meses invernales, Messier 1 se encuentra alta en la parte meridional del cielo, en la constelación de Tauro. Para encontrarla, hay que girar 1,2º al noroeste desde la estrella ζ Tauri. Bajo un cielo oscuro, la nebulosa puede observarse directamente con unos binoculares 10×50 como una pequeña mancha opaca. Con telescopios de 80 a 150 mm de diámetro con factores de aumento de 60 a 90, se muestra como un pequeño óvalo nebuloso. Y con ópticas de más de 200 mm de diámetro, se puede apreciar una hendidura en el lado oriental.
Filamentos de la nebulosa
Las estructuras en forma de filamentos de la nebulosa sólo pueden verse con telescopios a partir de 300 mm. Los filtros de banda estrecha o los de líneas OIII proporcionan más contraste y ofrecen una imagen brillante y amplia de la nebulosa. Sus filamentos también aparecen más detallados, porque su luz tiene un espectro de emisión que los filtros nebulares dejan pasar.
En el centro de la nebulosa hay un púlsar, que genera fuertes campos magnéticos en los alrededores. El diámetro de esta estrella de neutrones sólo alcanza los 10 kilómetros y gira sobre sí misma 30 veces por segundo. Sin embargo, para poder verla se necesitan telescopios muy grandes, de más de 600 mm, y un cielo muy oscuro.
Si observa las fotos actuales de Messier 1, quizá se pregunte dónde vieron ese cangrejo que dio nombre a la nebulosa. Su “apodo” se remonta al primer dibujo que se hizo de ella, obra del astrónomo irlandés Lord Rosse en 1844. Con un poco de imaginación, realmente parece un cangrejo.
Autor: Michael Feiler / Licencia: Oculum-Verlag GmbH