A través del paralelogramo celeste
La famosa nebulosa del Anillo requiere el uso de un telescopio, pero también hay estrellas dobles aptas para prismáticos y un buen cúmulo estelar.
Aunque no ocupa demasiado trozo de cielo, la constelación de Lira es muy prominente debido a Vega, su estrella principal, y a su característica forma de paralelogramo.
Belleza inaccesible
El objeto de cielo profundo más conocido de Lira, la nebulosa del Anillo o M57, puede encontrarse incluso con binoculares. Pero se necesita una mano firme, ya que, de lo contrario, resulta muy difícil identificarla sin lugar a dudas: a unos dos tercios del camino entre β y γ Lyrae se encuentra un objeto ligeramente nebuloso, no demasiado puntiforme.
Resulta mucho más fácil encontrar el cúmulo estelar Stephenson 1, que está situado alrededor de δ Lyrae, una estrella doble ancha cuyos componentes adoptan una tonalidad amarilla o azul para según qué observadores sensibles a los colores, incluso con binoculares. A primera vista, sin embargo, muchos se sienten decepcionados: solo hay un puñado de estrellas que se acumulan alrededor de ellas, casi al azar. Hay que observar con detenimiento para que aparezcan otros componentes más débiles del cúmulo, que en unos 10×50 superarán la docena, aunque, como es lógico, dependerá de la calidad del cielo.
¿Todo doble?
Lira esconde algunas estrellas dobles aptas para prismáticos. En primer lugar, tenemos la doble doble, ε Lyrae, a 1,5° al noreste de Vega. Los observadores más agudos pueden separar sus componentes principales a simple vista, pero para el resto solo son necesarios unos binoculares. Lamentablemente, la subdivisión de cada uno de ellos solo es posible a partir de 100 aumentos, es decir, con un factor que supera con creces las capacidades de este instrumento.
No obstante, no muy lejos, en ζ Lyr, hay un objeto bastante más agradecido: se trata de la estrella noroeste del paralelogramo. Su compañera, ligeramente más débil, se encuentra a 44" al sur del componente principal. A quien no le tiembla el pulso, la bastarán unos prismáticos de 7 aumentos para divisar la separación. Lo más cómodo es utilizar un trípode. Aunque limita un poco la independencia de movimiento, permite sacar mucho más provecho a las posibilidades de la óptica. De lo contrario, a uno se le pasaría por alto la división de la estrella suroeste del paralelogramo, β Lyr, por ejemplo. Aunque su estrella principal con una magnitud de 3,3 se ve a simple vista, su compañera, a 46" de distancia, con 8,9 es más débil y difícilmente podría detectarse de este modo, ya que la inevitable vibración de la mano al sujetar el instrumento sin apoyo la borraría de la imagen.
Autor: Kay Hempel / Licencia: Oculum-Verlag GmbH