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Práctica

M42, gran diversidad en Orión

La región de formación de estrellas en el corazón de la nebulosa de Orión ofrece detalles en sus estructuras que se pueden observar incluso desde la ciudad.

La nebulosa de Orión M42 tiene algo que ofrecer para cada observador. Hannes Bachleitner / CCD Guide La nebulosa de Orión M42 tiene algo que ofrecer para cada observador. Hannes Bachleitner / CCD Guide

La nebulosa de Orión o M42 regala a los astrónomos de ciudad una doble experiencia: por un lado, permite poner a prueba la potencia de un telescopio, concretamente su resolución, gracias sobre todo al sistema de estrellas múltiples θ1 Orionis ubicado en la denominada región Huygens de la parte central. Por otro, el área que abarca las estrellas del Trapecio brinda la posibilidad de profundizar en las estructuras nebulosas de un objeto celeste. Y es que algo así generalmente no está al alcance de los astrónomos de ciudad.

Unas imágenes espectaculares

Imagen de M42. Rainer Mannoff Imagen de M42. Rainer Mannoff

Para disfrutar de ambas experiencias no hace falta más que un refractor asequible con una apertura de 60 mm, siempre que la óptica descanse sobre una montura estable: a partir de 35 aumentos se pueden identificar claramente las estrellas del Trapecio, y a 56 incluso su componente B, con una magnitud de entre 7,9 y 8,7, el miembro más tenue del Cuarteto. También se podrá apreciar el denominado "Sinus Magnus" como una mancha oscura continua, pero vagamente separada de la brillante región central.

Si cambiamos a un refractor de 80 a 100 mm de apertura, en términos de la resolución de las estrellas del Trapecio la mejora en los resultados no va a ser significativa en comparación con un telescopio más pequeño, aunque sí ofrecerá una mejora en la capacidad de separación entre objetos. Pero, en lo que a las estructuras de la nebulosa respecta, esos 80 mm a 30 aumentos desvelan más detalles, a 66 empiezan a mostrar delicadas regiones claroscuras, que ya a 85 terminan de definirse como nubes. Y con una óptica de 4" la imagen es todavía más rica en contraste: las partes claroscuras se ven mejor estructuradas y ofrecen una imagen más estable de toda la región de Huygens.

Fascinación por el cielo profundo

Un telescopio reflector de tipo Cassegrain-Maksutov de 200 mm de apertura y 2000 mm de distancia focal constituye un salto cualitativo considerable. Pero ni siquiera con esta óptica se pueden ver los dos componentes E y F más tenues de θ1 Orionis, ya que por norma general los objetos con una magnitud aparente de 11 son inaccesibles desde la ciudad. Al menos, un telescopio de espejos, independientemente del factor de aumento, permite disfrutar de una imagen bastante más plástica y rica en contraste de las intrincadas estructuras de las nubes de esta brillante región que un refractor.

A 216 aumentos, Huygens llena el ocular con una imagen impresionante en la que Sinus Magnus se ve como una superficie oscura claramente delimitada. Con un poco de paciencia y buenas condiciones de observación, dentro de la zona oscura se pueden distinguir incluso filamentos más claros (imagen que, de otro modo, solo se puede apreciar en fotografías).

Por todo esto, M42 ofrece unas posibilidades de observación difícilmente superables en términos de diversidad aptas para todo tipo de astrónomos urbanos, sea cual sea el telescopio que utilicen.

La nebulosa de Orión M42 en la constelación homónima. J. Scholten La nebulosa de Orión M42 en la constelación homónima. J. Scholten

Autor: Karl-Peter Julius / Licencia: Oculum-Verlag GmbH