Géminis
El cúmulo estelar abierto Messier 35 y la nebulosa Esquimal son la prueba definitiva de que Géminis también es apta para los amigos del cielo profundo.
Cástor (α Gem) y Pólux (β Gem), las dos estrellas principales de la constelación, están entre los 25 astros más brillantes de todo el cielo nocturno. Cástor, el gemelo de la izquierda, es una estrella múltiple única con seis componentes, aunque con un telescopio grande, de 100 mm, solo se pueden ver tres de ellos (los demás son ópticamente imperceptibles), mientras que Pólux, el gemelo más luminoso (como ya se constató hace 10 años), es el hogar de un planeta gaseoso extrasolar. De las luminosas cabezas parten dos filas de estrellas vistosas que avanzan en dirección suroeste hasta llegar a los pies de la pareja de gemelos, representados por las brillantes estrellas γ y η Gem.
Del mismo huevo
La constelación representa a los Dioscuros, una pareja de hermanos indivisibles nacidos, como tantas otras veces en la mitología griega, de una de las aventuras amorosas de Zeus. Polideuco (lat. Pollux) nació fruto de la relación entre Leda y el padre de todos los dioses, que se le apareció en forma de cisne, mientras que Cástor (lat. Castor) fue concebido por su marido mortal aquella misma noche. Los proverbiales hermanos nacieron de dos huevos, aunque a veces se habla de uno solo.
Tras la muerte de Cástor en una batalla, Pólux rogó a su padre, Zeus, que le dejase morir pese a su inmortalidad divina para poder seguir a su hermano hasta el reino de los difuntos. Zeus finalmente aceptó y a partir de aquel momento, podría alternar un día en el Hades y otro en el Olimpo junto a Cástor; desde entonces, los gemelos se alzan en lo alto del cielo invernal como símbolo del amor fraternal.
M35 y el esquimal caliente
El objeto del cielo profundo más bello de todo Géminis es el poblado cúmulo estelar abierto M35. Si el cielo está oscuro, el cúmulo ubicado cerca de la estrella del pie, η Gem, ofrece infinidad de objetos a los usuarios de binoculares. Con un telescopio de 100 mm podremos observar más de 100, pero el cúmulo cercano NGC 2158 se verá como una mancha de luz nebulosa, ya que solo es apto para las ópticas más grandes.
Otra parada obligatoria en la ruta por Géminis es la nebulosa Esquimal o NGC 2392, en δ Gem. Se trata de una nebulosa planetaria nacida de los restos de una estrella similar al Sol que emite una fuerte radiación UV. El núcleo de esta ancestral estrella constituye el brillante y ardiente (40 000 °C) epicentro del Esquimal, que puede tener de todo, menos frío... Con una magnitud aparente aproximada de 10, esta enana blanca se puede ver hasta con un telescopio pequeño y, a altos aumentos, incluso puede mostrar el anillo nebuloso que la envuelve. Cuanto más grande sea la apertura, más detalles se podrán apreciar en forma de delicadas variaciones en la luminosidad.
Autor: Nico Schmidt / Licencia: Oculum-Verlag GmbH